Roald Dahl
Quentin Blake

Y es que en este libro nos vuelve a demostrar cómo es su literatura. Cuidadosa con el mundo animal, cariñosa cuando se trata de niños (aunque los padres de algunos de sus protagonistas sean, por ejemplo, atropellados y destrozados por un rinoceronte), gamberra con los adultos y capaz de defender o, al menos, exponer, actos e ideas ciertamente reprochables o, por lo menos, algo controvertidas (vamos, que no son todo lo buenas que deberían ser).
Este libro empieza con una información sobre el tema de las tortugas como mascotas, algo que estuvo muy de moda en tiempos. Para empezar vemos que a Roald Dahl le gustaban (o eso deja ver si leéis sus historias) más los animales que las personas. Después, con las tortugas como reclamo, aprovecha para contarnos una historia de amor pero con la inteligencia y la picardía como asuntos esenciales y principales.
No os voy a contar nada de lo que pasa dentro de "Agu Trot", porque el libro tiene unas 70 páginas y se lee en un ratito, además, lo vais a pasar bien sorprendiéndoos con lo que pasa... pero, eso sí que os lo digo, para cuando lo leáis... ¿creéis que el señor Hoppy obra bien? Si respondéis que sí... bueno, os encantarán todas las historias de Roald Dahl. Los que digáis que no... lo mismo ponéis en marcha una recogida de firmas para acabar con él y con su obra. En realidad en este libro no es para tanto, es una historia muy apacible, tranquila y disfrutable.
Solo os diré una cosa, 140 tortugas para un gran romance...
Los amigos de Loqueleo nos chivan un par de detalles que, seguro, convertirán esta lectura en algo más interesante. Fijaos, nos dicen que esta es la última obra de ficción de Roald, que la escribió en el mismo año que murió (casi como Cervantes con su última historia). Y también nos dicen que el año pasado se realizó una adaptación cinematográfica de esta obra (vamos, que se hizo una peli), y que el protagonista, el Señor Hoppy, es, ni más ni menos que, Dustin Hoffman. Habrá que verla, ¿no?
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