Un hombre que iba a ir a la luna comía macarrones con tomate y un filete de ternera. Al acabar aquella gloriosa comida fue a dar uno de sus paseos en submarino, concienciándose de que podía ser la última vez que lo hiciese. Una vez acabado aquel magistral paseo y después de una reconfortante ducha, se fue hacia la estación para coger el tren e irse a la estación espacial.
Hubo un pequeño fallo en el tren y llegó media hora más tarde de lo que estaba previsto. Después de unas explicaciones salió hacia la luna.
Fin
Beatriz Sanz
Cuentos de la Caja Mágica
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