Ricardo Gómez
Tesa González
Lu Szhu era una niña dagonmei que trabajaba en la fábrica de juguetes.
Antes, con sus deditos montaba piezas pequeñas para las muñecas. Después
creció, y la llevaron a la mesa donde se empaquetaban. Cuando Lu Shzu
vio aquellas muñecas enteras tan bonitas, con aquellos vestidos de
colores… ¡entonces quiso tener una! Así que un día ideó un peligroso
plan.
Opinión personal

Las ilustraciones son de lo más bonito que he visto. De trazos suaves e indefinidos, figuras hermosas, páginas repletas de detalles en las que se cuelan algunas palabras que "engordan" el texto. Además, las páginas tienen textura y no habrá lector que se precie que no acaricie todas y cada una de las hojas del libro.
El texto es de esos que son tiernos y acogedores, de los que te van arropando sin que te des cuenta y te mecen en su regazo. Es cálido y suave, mullido, por lo menos para los lectores más jóvenes, porque los mayores nos damos cuenta muy pronto de que este libro encierra un mensaje mucho más profundo del que aparece a simple vista, porque esta historia tan mágica y cautivadora nos cuenta la terrible vida que sufren los Dagonmei, niños y niñas de entre los 12 y los 17 años que fabrican juguetes en China en condiciones de semiesclavitud. A nuestros pequeños les hará gracia la historia de la muñeca, pero seguro que, si siguen escuchando la historia de Lu Shzu, se terminarán preguntando por qué no puede tener una muñeca que se vista de princesa y se tiene que conformar con una muñeca de trapo, aunque sea una muñeca mágica que nos cuenta su propia historia.
Quizás en un futuro no demasiado lejano, un niño que haya crecido en compañía de este cuento, acabe con esas jornadas de entre 14 y 18 horas que hacen esos pequeños que fabrican algunos de los juguetes que ellos reciben de regalo y terminan olvidando en un rincón de su caja de juguetes.
La historia que nos narra este cuento es terrible, pero tanto Ricardo como Tesa han hecho un trabajo espectacular para convertirla en una obra mágica de la literatura. Yo estoy enamorado de este cuento (ya lo he grabado dos veces en voz alta y lo he contado otra más), creo que es un cuento que debería leerse a los niños, para que se pregunten quiénes son las Dagonmei y empiecen a plantearse si de verdad mola tener un juguete fabricado por un niño o una niña esclavizado.
Me gusta este cuento, ¡ME ENCANTA! Las ilustraciones, el texto, el formato... TODO. Una auténtica delicia que prometo guardar con mucho cariño y contar siempre que pueda (de momento, en el cole de mi peque, que precisamente están comentando cosas de China). Un regalo perfecto para estas navidades.
Atención Reyes Magos y Papá Noel. Dejad un juguete en el saco este año y cambiadlo por este album ilustrado.
Simplemente PRECIOSO!!! Gracias Ricardo y gracias Tesa por este album taaaaaan genial.
Y para que veáis qué bonito es (aunque esté grabado de mala manera y deprisa y corriendo), os dejo el audio del libro para que lo disfrutréis. No es para menos.
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