Nicolás es un chaval de 16 años que vive en un pueblo a orillas del Mediterráneo. Su gran pasión es el periodismo y durante el verano logra entrar a trabajar en el periódico local como free lance compaginándolo con su trabajo en un hostal.
Cuando, por casualidad, descubre en una de las habitaciones del hostal, unos documentos que comprometen a uno de los huéspedes, Nicolás iniciará una investigación que le llevará a descubrir que hay secretos que es mejor que permanezcan ocultos...
En fin, Daniel Hernández Chambers es uno de esos autores que para nosotros es un amigo de Menudo Castillo y por lo tanto con el que no somos objetivos del todo, eso sí, si su libro no nos hubiese gustado como lo ha hecho, seguro que intentaríamos hacer una reseña menos entusiasta, pero es que este nuevo libro de Daniel me ha encantado, no solo porque considere que es un acicate estupendo para incitar a los adolescentes a leer, porque la periodística y casi detectivesca historia de Nicolás es un divertimento que muchos chavales estarían más que encantados de "tener que leer" por obligación, sino que nos cuenta algo más que una aventura, nos habla de los secretos, de detalles de nuestra historia pasada y presente que no deberíamos olvidar y nos hace llegar a plantearnos según que cosas a la vez que nos entretenemos.
De la prosa sencilla y directa de Daniel no os voy a descubrir nada, ya descubrimos en La ciudad de la bruma que su manera de escribir nos encanta, porque nos transporta al lugar en el que se desarrolla la acción y nos lleva en volandas a través de la historia hasta dejarnos, casi exhaustos, porque estos son de los libros que uno se lee en un par de suspiros, en el final, un final, en este caso, apabullante y sorprendente (que he de confesar ya sospeché muy pronto en esta ocasión).
Me ha gustado mucho este libro, no solo por lo que os contaba antes de la objetividad y eso, sino además porque me he sentido identificado con el personaje, por sus ganas de indagar e investigar, por su vitalidad y porque las historias de detectives e investigaciones me encantan desde que era pequeño. Además, cada vez que leo un libro de Daniel recuerdo esas primeras lecturas que tanto me gustaron, no me preguntéis por qué, supongo que será por las atmósfera que recrea o por sus palabras o vete tú a saber por qué, el caso es que me gusta su manera de escribir y de narrar.
Y es que las historias de nazis escondidos son un tema que me apasiona, bueno, ese y el de aquellos que durante tantos años se han dedicado a buscarlos y desenmascararlos por todo el mundo. Solo por tratar este tema ya merece la pena leer Freelance. Un libro para leer este verano y cogerle el gusto a esto de contar historias, reales o ficticias.
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