Lo he pasado muy bien leyendo este libro. Decir eso sobre cualquier tipo de novela ya es decir bastante, porque a veces, uno se topa con historias muy bien trenzadas y con tramas argumentales complicadas, pero están tan pensadas que acaban convertidas en lecturas farragosas.
Las alas de leonardo, premio Euskadi de literatura infantil y juvenil 2008, es, sobre todo, una estupenda novela de aventuras, una manera de afrontar la vida y una historia emocionante y divertida para todas las edades. Una historia en la que se entremezcla el euskera con el italiano y las andanzas de un muchacho normal de quince años con las citas y recordatorios de grandes figuras de la humanidad, para conformar esta novela juvenil en la que Leonardo da Vinci siempre está presente de una u otra forma.
Algo bajo de moral, Haritz, tras tres años sin ir, decide marcharse a pasar el verano con su tío Carlos, un aventurero a lo Indiana Jones (aunque con un físico algo más estropeado que Harrison Ford), pero nada más llegar todo se complica. El tío de Haritz no aparece y aunque eso podría sonar normal para alguien como el tío Carlos, la verdad es que no lo es en absoluto. A partir de ahí se acumulan las aventuras, la superación personal, la madurez y la pasión por vivir, representada sobre todo en el ánimo de Oier, el amigo de Haritz, enfermo de fibrosis quística, que desde la distancia es el encargado de insuflar ánimos a su amigo.
Una prosa sencilla y cercana, narrada en primera persona, ayuda a que uno se olvide de estar leyendo una novela y disfrute de una narración muy amena, con los valores humanos siempre en primera línea de frase y la amistad como telón de fondo.
Me ha gustado mucho "Las alas de Leonardo", os recomiendo su lectura. ¡Ah! Y otra cosa, os recomiendo que busquéis vuestras propias alas para volar, con ellas podréis llegar a cualquier parte que queráis.
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